CON ESTE VÍDEO TE INVITAMOS A CONOCER NUESTRO CARISMA CISTERCIENSE Y NUESTRA VIDA COMO MONJAS EN EL MONASTERIO SAN ANDRÉS DE ARROYO (PALENCIA - ESPAÑA).
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monasterio@sanandresdearroyo.es
http://www.monjacisterciense.blogspot.com/
TE INVITAMOS A VIVIR UNA EXPERIENCIA MONÁSTICA
CONOCE LO QUE EL SEÑOR QUIERE DE TÍ en:
http://www.sanandresdearroyo.es/orientacion.html
NOTICIA: Profesión Temporal de Sor Mª Cecilia Rivas. (ver)
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NOTICIA: Profesión Temporal de Sor Mª Cecilia Rivas. (ver)
Somos monjas de vida contemplativa con una espiritualidad cimentada en la Regla de San Benito , nuestro Monasterio se ubica en un amplio valle, alejado de la ciudad, donde podemos contemplar la naturaleza(obra del Señor) y su silencio.
VIDA CONTEMPLATIVA
La vida contemplativa realiza plenamente a las personas porque Dios llena maravillosamente todos nuestros anhelos. "Una joven en cuyo corazón Dios estaba trabajando, decía que notaba un cambio en su vida ya que empezaba a agradarle lo que antes le desagradaba, y perdía gusto por muchas cosas que antes la satisfacían. Entró en un monasterio contemplativo y después de unos años me escribió comunicándome que hacía su profesión y que "era felicísima".
¿Habéis visitado alguna vez una comunidad contemplativa? Se trata de una buena experiencia, interpela y suscita muchas preguntas. Como por ejemplo: ¿Qué valor damos a Dios en nuestra vida? ¿Qué relación creemos que hay entre Dios y la creación, entre Dios y la vida? ¿Qué lugar ocupa la oración y el silencio en nuestra vida personal y familiar?.
La respuesta a estas preguntas incide en la valoración eclesial que hacemos de las vocaciones contemplativas y de nuestros monasterios, que son ciertamente signos de la presencia de Dios en medio del mundo, de la transparencia de nuestra vida humana, de la importancia y de la necesidad del silencio y de reencontrar la propia identidad.
Los contemplativos y las contemplativas son muy útiles a la Iglesia y a la humanidad. Aunque parezca una paradoja, desde el monasterio están más cerca de las necesidades eclesiales y de las inquietudes, tristezas y sufrimientos de los hombres, sus hermanos. No son ni indiferentes ni egoístas, porque su amor participa de la universalidad del amor de Jesucristo. Viven con los ojos fijos en Él y con el corazón abierto a las necesidades de los hermanos, un corazón que, haciéndose oración, hace que ésta sea más apostólica y convierta su vida en redención.
(Lluís Martínez Sistach)